domingo, 4 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 3.



3 1Entonces Job abrió la boca y maldijo su día 2diciendo:
3¡Muera el día que nací, la noche que dijo:
«Han concebido un varón»!
4Que ese día se vuelva tinieblas,
que Dios desde lo alto se desentienda de él,
que sobre él no brille la luz,
5que lo reclamen las tinieblas y las sombras,
que la niebla se pose sobre él,
que un eclipse lo aterrorice;
6que se apodere de esa noche la oscuridad,
que no se sume a los días del año,
que no entre en la cuenta de los meses,
7que esa noche quede estéril
y cerrada a los gritos de júbilo,
8que la maldigan los que maldicen el día,
los que entienden de incitar al Leviatán;
9que se velen las estrellas de su aurora,
que espere la luz y no llegue,
que no vea el parpadear del alba;
10porque no me cerró las puertas del vientre
y no escondió a mi vista tanta miseria.
11 ¿Por qué al salir del vientre no morí
o perecí al salir de las entrañas?
12¿Por qué me recibió un regazo
y unos pechos me dieron de mamar?
13Ahora reposaría tranquilo
y dormiría en paz,
14como los reyes y consejeros de la tierra
que reconstruyen ciudades derruidas;
15 o como los nobles que poseyeron oro
y llenaron de plata sus palacios.
16Ahora sería un aborto enterrado,
una criatura que no llegó a ver la luz.
17AIIí acaba el tumulto de los malvados,
allí reposan los que están rendidos,
18con ellos descansan los prisioneros
sin oír la voz del capataz;
19se confunden pequeños y grandes
y el esclavo se emancipa de su amo.
20¿Por qué dio a luz a un desgraciado
y vida al que la pasa en la amargura,
21al que ansía la muerte que no llega
y escarba buscándola, más que un tesoro,
22al que se alegraría ante la tumba
y gozaría al recibir sepultura,
23al hombre que no encuentra camino
porque Dios le cerró la salida?
24Por alimento tengo mis sollozos
y mis gemidos desbordan como agua.
25Lo que más temía me sucede,
lo que más me aterraba me acontece:
26vivo sin paz, sin calma, sin descanso,
en puro sobresalto. 

EXPLICACIÓN.

ACTO PRIMERO 

3,1-2 Rompe el silencio Job y su voz suena como un grito desde la profundidad, como en los salmos 22 y 130. La apuesta de Satán era que Job maldeciría a Dios a la cara; en vez de ello, Job maldice el día que nació, es decir, su existencia entera desde su raíz temporal, concepción y nacimiento (3-10). Después (11-19) Job se queja con la pregunta clásica "por qué": es una fórmula que puede significar protesta, rebelión, como en Ex 17,3; Nm 11,4; 14,3; también puede significar súplica dolorida y confiada, como en muchísimos salmos. En la tercera parte, repitiendo la queja, Job se dirige a Dios y se mira a sí. 

3,3-10 El tema y varias expresiones pueden estar inspirados en Jr 20,14-18. Día y noche, pulso normal de la vida humana, se resumen y concentran en un día y una noche; el ritmo sabido y querido de luz y oscuridad queda absorbido en una total, violenta y continua tiniebla. (Lo contrario en Is 60,19-20 y Zac 14,7). Es simbólicamente la tiniebla del no existir, vista nostálgicamente desde un existir en tinieblas. 

3,4 Cada mañana es como una nueva creación de la luz. 

3,5 Reclamar: es el verbo ga'al, que significa el rescate de algo a lo que se tiene derecho o bien obligación de rescatar, de ordinario por ley de parentesco. El eclipse, como oscuridad extemporánea e inexplicable, perturba el orden y el ritmo de la creación. 

3,7 La noche familiar y callada puede conocer el jubilo de los esposos recién casados; es misteriosamente fecunda, como una tierra o un seno materno ocultos. 

3,8 Leviatán es un monstruo mitológico, que se opone al orden del cosmos, y que el Dios ordenador ha de vencer. Job pretende que Leviatán devore al día. 

3,9 Venus y Mercurio. 

3,10 El delito de ese día y esa noche, motivo justo de la maldición, es que no fueron guardianes fieles, que no cerraron la puerta de la existencia al desgraciado Job. 

3,11-19 Al otro extremo de la vida está la muerte. Ya que es imposible abolir el nacimiento.-y-desandar hasta el comienzo el tiempo, al menos se puede invocar y desear el otro extremo: llegar al no existir por la salida de la muerte. De nuevo la muerte está vista con nostalgia, desde el dolor; y la nostalgia transforma en valores positivos lo que es simple negación: no se distinguen, no trabajan, no sufren, no hay malvados. El verso 16 se leería mejor después del 12. 

3,11 Job 10,19. 

3,13 Ecl 6,5. 

3,14 Mausoleos: con una leve corrección. Otros retienen el original hebreo, que habla de ruinas. 

3,17-18 Prisioneros de guerra condenados a trabajos forzados. Por contraste, la vida se presenta como esclavitud, prisión, trabajo forzado. Pequeños y grandes en sentido social. 

3,20-26 Los dos extremos de la vida, los dos accesos al no ser, están en manos de Dios, y Dios es responsable de ellos. Cuando Job maldecía, tenía presente el nacimiento; cuando Dios se presenta a su conciencia, Job se queja sin comprender: ¿por qué Dios nos encomienda la vida sin contar primero con nosotros?, ¿por qué da vida al que desea la muerte?, ¿es la vida un bien, o es bien lo que uno desea? Desde las breves frases de resignación pronunciadas en los capítulos 1 y 2 hasta aquí la conciencia de Job ha avanzado en profundidad, y ha sido el dolor lo que ha intensificado la conciencia. 

3,21 El reino de la muerte está escondido bajo tierra: se cava la sepultura como se cava buscando un tesoro.

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