domingo, 4 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 10.



10 1 Estoy hastiado de la vida:
me voy a entregar a las quejas
desahogando la amargura de mi alma.
2Pediré a Dios: «No me condenes,
hazme saber qué tienes contra mí».
3¿Te parece bien oprimirme
y desdeñar la obra de tus manos,
mientras alumbras
los designios del malvado?
4¿Tienes ojos de carne
o ves como ven los hombres?
5¿Son tus días como los de un mortal
y tus años como los de un hombre
6para que indagues mi culpa
y examines mi pecado,
7aunque sabes que no soy culpable
y que nadie me librará de tus manos?
8Tus manos me formaron, ellas modelaron
todo mi contorno, ¿y ahora me aniquilas?
9Recuerda que me hiciste de barro,
¿y me vas a devolver al polvo?
10¿No me vertiste como leche?,
¿no me cuajaste como queso?,
11¿no me forraste de carne y piel?,
¿no me tejiste de huesos y tendones?,
12¿no me otorgaste vida y favor
y tu providencia no custodió mi espíritu?
13y con todo, algo te guardabas:
ahora sé que pensabas esto:
14que si pecaba, me lo guardarías
y no me dejarías impune;
15que si era culpable, ¡ay de mí!;
que si era inocente, no levantaría cabeza,
me saciaría de afrentas
y me hartaría de miserias;
16que si la levantaba,
me darías caza como a un león,
repitiendo tus proezas contra mí,
l7renovando tus ataques contra mí,
redoblando tu cólera contra mí,
tus tropas de refresco sobre mí.
l8Entonces ¿por qué me sacaste del vientre?
Pude haber muerto
sin que unos ojos me vieran,
19y ser como si no hubiera existido,
conducido del vientre al sepulcro.
20¡Qué pocos son mis días!
Que Dios acabe y se aparte de mí,
y tendré un instante de alegría,
21antes de partir, para no volver,
al país de tinieblas y sombras,
22a la tierra lóbrega y opaca,
de confusión y negrura,
donde la misma claridad es sombra.

EXPLICACIÓN.

10,2 El discurso comienza con terminología rigurosamente forense, y pasa en seguida a un interrogatorio de acusación.

10,3 Dios creando al hombre se compromete con él, Véase Sal 138,8. 

10,4-6 A la primera pregunta contestan Os 11,9 e Is 55,9. El tema del hombre a imagen de Dios es retorcido y entra en discusión: compárese el v. 5 con el salmo 90 y el v. 6 con el salmo 139. Hay que leer esto sobre el fondo de Isaías Segundo, para comprender el vigor de la denuncia. 

10,8 Véanse Sal 119,73; Ec111,5. 

10,9 Gn 2-3; Is 45,9; Jr 18,5-12; Sal 90,2. 

10,10-11 Sab 7,2; Ez 37 (de la resurrección); 2 Mac 7,22-23.

10,13-17 Job se ha remontado al tiempo misterioso de la concepción y gestación, antes del nacimiento, y allí ha encontrado a Dios solícito y atareado; tal solicitud condena su conducta presente. Da otro paso audaz, se remonta al tiempo anterior, cuando el hombre es proyecto en la mente de Dios, tiempo del que habla Dios a Jeremías (Jr 1,5). y allí encuentra a Dios como uno que está previendo una serie de casos y decidiendo de antemano su conducta en cada uno de ellos. Es la pasión de Job, que se proyecta audazmente hacia Dios por un raciocinio simple: yo soy obra de Dios, Dios planea sus obras por adelantado, lo que me sucede responde al plan de Dios, un plan hostil. En otros términos, Dios deja libre al hombre para que decida su conducta, pero sea cual sea su decisión, lo envuelve y lo aniquila. 

10,14 Como en Job 7,18-20. 

10,16-17 Acumulación de imágenes de fieras, de juicio, de guerra; frecuentes en los salmos cuando el que ora describe a sus enemigos pidiendo auxilio a Dios. Para Job el verdadero enemigo del hombre es Dios, por eso su oración se transforma en acto de acusación. Ver p. ej. Sal 17,10-12; Sal 22, 13-22; Sal 26,6 {levantar cabeza).Sal 12 (testigos falsos); Sal 35,1-3 (Dios guerrero). Sal11 (testigos). 

10,17 (Leones); 57,5; 140. 

10,18-19 cap. 3; 6,8-9; 7,15-16. Véase también Abd 16 Y Eclo 44,9. 

10,20 Véase sobre todo el salmo 39. 

10,21-22 La muerte como reino de las tinieblas: Sal 88; Sab 17.

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