jueves, 6 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 40.



40 1EI Señor siguió hablando a 10b:
2¿Quiere el censor discutir con el Todopoderoso?
El que critica a Dios que responda.
3Job respondió al Señor:
4Me siento pequeño, ¿qué replicaré",
me taparé la boca con la mano.
5He hablado una vez y no insistiré;
dos veces y no añadiré nada.
6EI Señor replicó a 10b desde la tormenta:
7Si eres hombre, cíñete los lomos,
voy a interrogarte y tú responderás:
8¿Te atreves a violar mi derecho
o a condenarme para salir tú absuelto?
9Si tienes un brazo como el de Dios
y tu voz atruena como la suya,
10vístete de gloria y majestad,
cúbrete de fasto y esplendor,
11derrama la avenida de tu cólera
y abate con una mirada al soberbio,
12humilla con una mirada al soberbio,
y aplasta a los malvados;
13entiérralos juntos en el polvo,
venda sus rostros en la tumba.
14Entonces yo también pronunciaré tu alabanza:
«Tu diestra te ha dado la victoria».
15Mira al hipopótamo,
que yo he creado igual que a ti;
come hierba como las vacas.
16Mira la fuerza de sus ancas,
la potencia de su vientre musculoso
17cuando yergue su cola como un cedro,
trenzando los tendones de los muslos.
18Sus huesos son tubos de bronce,
su osamenta barras de hierro.
19Es la obra maestra de Dios,
sólo su Hacedor puede acercarle la espada.
20Los montes le traen tributo,
los animales salvajes retozan junto a él;
21se tumba debajo de los lotos,
se esconde entre las cañas del pantano,
22lo cubren los lotos con su sombra,
lo envuelven los sauces del torrente.
23Aunque el río baje bravo, no se asusta,
está tranquilo aunque el Jordán
espumee contra su hocico.
24¿Quién lo agarrará por los ojos
o le atravesará la nariz con una horquilla?
25¿Puedes pescar con anzuelo al cocodrilo
o domar su lengua con una cuerda?
26¿Puedes pasarle un junco por las narices
o perforarle la mandíbula con un gancho?
27¿Vendría a ti con muchas súplicas
o te hablaría con lisonjas?
28¿Hará un contrato contigo
para que lo tomes como esclavo de por vida?
29¿Jugarás con él como con un pájaro,
o lo atarás como un gorrión?
30¿Traficarán con él los pescadores
o lo trocearán entre los tratantes?
31 ¿Podrás acribillarle la piel con dardos
o la cabeza con arpones?
32Ponle la mano encima:
te acordarás de la batalla y no lo repetirás.

40,1-14 Los versos 1-5 miran atrás, sacando consecuencias; 7-14 miran adelante, a otra ronda; la respuesta de Job (3-5) sirve de bisagra. Así funciona la dialéctica del proceso: Dios interroga a Job; éste reconoce y propone retirarse de la discusión; Dios no lo permite, antes insiste. 

40,1-5 Job pedía un pleito con Dios, y se lo han concedido: los términos censor, crítico tienen referencia forense: fiscal, parte, acusador. Job había pedido respuesta a Dios, ahora Dios retuerce la posición y pide respuesta a Job: entra en las reglas del pleito, el que acusa se expone; que la crítica sea responsable. Job pedía una sentencia, que todavía no llega. Job se siente sobrecogido (13,11), consciente de que Dios está por encima de toda crítica, y decide no insistir, contento con la media victoria ganada, hacer hablar a Dios. A estas alturas, Dios no acepta la retirada; le queda algo importante que decir. 

40,7-14 En el pleito contradictorio o querella bilateral uno tiene que salir condenado para que el otro salga absuelto: véase Sal 51,6. Job se sabe inocente, luego Dios es culpable (v. 8). Dios no impugna la primera parte, la honradez de Job, más bien rechaza un planteamiento que condiciona y vicia el problema.
Añadimos un factor que complica el esquema: la presencia de un tercero, de un malvado que aflige injustamente al inocente (Jr 15,15). ¿Qué debe hacer el soberano justo?, ¿acabar con los malvados cuanto antes? Es lo que irónicamente ofrece Dios a Job: que tome las riendas del mundo, aparezca en una teofanía y aniquile a los malvados. El que ha criticado el desorden del mundo (21,30), que lo enmiende. Dios no ha suprimido los animales nocivos, ni al Behemot ni al Leviatán, ni al Satán; los controla. ¿Pretende hacerlo Job?, ¿saldría ganando?Proyectemos el drama hacia el público.
Hay quienes condenan al hombre para justificar a Dios; otros condenan a Dios a no existir para justificar al hombre. Hace falta superar el planteamiento en un plano superior. 

40,9-11 Expresiones de teofanía corrientes en profetas y salmos. 

40,14 Es cita del salmo 98,2, himno al Señor Rey del universo, que "regirá el orbe con justicia". Dios mismo invierte los papeles y propone pronunciar en honor de Job el himno que le corresponde a él: una cita de Sal 98,1. La ironía llega al límite. 

40,15-41,26 Hipopótamo y Cocodrilo.
Dos animales llenan la segunda parte del discurso: en hebreo Behemot y Leviatán. Behemot (plural o forma femenina septentrional) se aplica en general al ganado y a otros animales domesticados, mientras que Leviatán suele ser uno de los monstruos marinos que resisten al Dios ordenador. Se han intentado diversas identificaciones de estos dos monstruos; la identificación con el hipopótamo y el cocodrilo es hoy la más corriente. Eso sí, un hipopótamo descrito hiperbólicamente y un cocodrilo con rasgos fantásticos. Los dos se cargan de valor simbólico: representan poderes sobrehumanos, hostiles al hombre y al orden del cosmos. En clave psicológica pueden representar terrores ancestrales del hombre frente a poderes incomprensibles e incontrolables. El doble valor, real y simbólico, debe funcionar en la presentación de estas dos criaturas poéticas.

40,15 Es criatura como el hombre, por eso está a su nivel, subrayando la distancia absoluta de Dios. El comer hierba puede ser despectivo, como en Sal 106,20, también puede indicar la paradoja de su extraordinaria fuerza. Según Gn 1,30 la hierba es la comida original de todos los vivientes; en cambio en Gn 9,1-5 ya hay animales feroces que matan y devoran carne; el hombre los dominará a todos. 

40,16-17 Los comentaristas medievales subrayan la potencia sexual del animal. 

40,19 "Obra maestra" es la expresión de Prov 8,22, pero la designación es del todo diversa. 

40,20-22 Imagen de un soberano en su corte, recibiendo tributos, entretenido por sus súbditos, cómodamente tendido al fresco. 

40,23 También él tiene que enfrentarse con un ser violento, el caudal arrollador de un río caudaloso. Y sale victorioso. 

40,24 Dudosa la primera mitad, otros traducen: "¿quién podrá capturarlo con la mirada?"; o "por los ojos", es decir cegándolo. 

40,25-26 El Leviatán parece un monstruo pacífico en Sal 104,26; es patente su raza mitológica en la escatología, Is 27,1, en Sal 74,14, también en Job 3,8; Ezequiel lo usa como emblema del imperio egipcio Ez 29. Aquí es un cocodrilo con atributos sobrehumanos. El verso abre una serie de siete preguntas desafiantes. Diversos modos de dominar y sacar provecho del animal: en el deporte, en el trabajo, en el juego, en el comercio. Algunos detalles descriptivos coinciden con representaciones del arte egipcio. 

40,28 Contrato de súbdito y vasallo; como esclavo: Dt 15,17.

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